Somos el que se arrincona detrás de la coraza,
gigante y esculpida, tallada de soberbia y desenfado.
Y el que mira con el alma, transparente tras los ojos
permitiéndose vibrar con el sueño que lo arrasa
y lo lleva por caminos sin temerle al desencanto.
Somos el que mira de reojo hacia la vida
intentando no tentarse, cultivando la armonía.
Y el que sale sin permiso ni custodia
a luchar por sus anhelos, a burlarse de la herida.
Somos el que se atiborra de inescrupulosas mentiras,
susurradas sin descanso, el que calla lo que sueña
y el que sueña lo callado.
Somos el que ama con el cosmo de su célula más lejana
y el que huye del amor, eligiendo ser soldado.
Somos el que pinta de colores ese traje de payaso,
el que llena de acuarelas el disfraz de aventurado
y el que serio y enojado, decolora cada sueño
y se amarra con cadenas al mismo traje de invitado.
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